¿El Meta-qué? Oportunidades detrás de un concepto abstracto
¿El Meta-qué? Oportunidades detrás de un concepto abstracto
Probablemente has escuchado o leído la palabra “Metaverso” en la última semana, y de hecho; la leerás en los próximos minutos varias veces. Es “la gran palabra” que se está utilizando en el mundo tecnológico y de Start-ups como símil de muchas cosas que aún no tenemos idea de como se van a desarrollar, pero que el mercado necesita definir de alguna manera para poder empaquetarlo comercialmente y empujar avances en esa dirección. Para muestra un botón: Facebook, su apuesta de cambio de nombre a Meta e inyección de 10 Billones de dólares en 1 año (con proyección a más inversión en el sector), y miles de desarrolladores para lo que será lo que yo denomino como el “Zuckerverse” – una suite de aplicaciones dedicadas a fomentar al Metaverso como un espacio virtual, interconectado y sobre todo, social. Meta ha apostado gran parte de sus fichas en Oculus, empresa que adquirió en el 2014 dedicada al desarrollo de hardware para Realidad Virtual y que actualmente es la apuesta más importante de la empresa; con el Quest 2 y el futuro Cambria. Competidores como HTC, Varjo, Lenovo, Google, Apple, HP, ACER, muchas grandes marcas y nuevos jugadores (como Lynx) han desarrollado o se están aventurando en el desarrollo de hardware para cubrir las diversas verticales que abarca el área de visualización inmersiva del “Metaverso”.
En esta columna no les voy a contar sobre la etimología de “Metaverso”, ni que viene de una referencia de un libro de Neil Stephenson llamado “Snow Crash” del año 1992, ni que “el Metaverso no existe”… esto seguramente lo podrán leer en otros artículos de esta publicación. En cambio, lo que si me atreveré a contarles, es para que nos va a servir y quizás como lo podremos utilizar.
Creo que en términos generales, el “Metaverso” y el compendio de tecnologías habilitadoras (industria XR, BCI, AI, Blockchain, redes, procesamiento, entre otras), generarán un paralelismo persistente en nuestra percepción de la realidad y lo que podemos hacer con ella, creando así nuevas formas de percibir el espacio, conjuntos de datos y maneras de interactuar con ellos. Esto implica una capa invisible de información, visualización e interacción con datos que deberán estar conectados a una red persistente que permita disponer de servicios digitales que puedan ser utilizados transversalmente a través de diversos dispositivos, de la misma manera que hoy tenemos aplicaciones móviles que se desarrollan para diversos sistemas operativos pero que mantienen el mismo funcionamiento a través de todas sus versiones. Pero ¿cómo nos “conectaremos” a esta realidad paralela/aumentada? Bueno, a través de algún dispositivo que podamos controlar “manos libres”. ¿Qué tipo y de qué tamaño? No podría decirles que será con lentes de contacto con pantallas MICROLED y que estarán conectados a alguna red ultrarrápida (en camino al 6G), pero sí les puedo decir que este tipo de tecnologías ya existen y que son avances significativos en la dirección de fusionar lo digital con lo real.
En este orden de ideas es que el “Metaverso” se verá de alguna manera fusionado con nuestras actividades diarias, dando acceso a una diversa y amplia gama de nuevos espacios laborales, formas de trabajar y de producir distintas, nuevas maneras de socializar y de (ojalá) liberarnos de los prejuicios sociales; creando el inicio de una sociedad digitalmente-asistida diversa e inclusiva con nuevas oportunidades para todos y todas. Así que los invito a leer, investigar y nutrirse sobre este nuevo mundo que cambiará el que ya conocemos.
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Columna escrita para la edición 58 del mes de junio 2022 de la revista AMDD